viernes, 25 de abril de 2014

MIRADA DE LOS GATOS


Los egipcios llamaban al gato “mau”, que significa “ver”. De hecho, en el antiguo egipcio se decía que la mirada del gato buscaba la verdad y que veía más allá de la muerte, no es de extrañar que la mirada del gato causara furor en Egipto. Los ojos son una parte muy importante del gato, tanto por su carácter cazador como elemento de comunicación corporal del felino.
Como ocurre con otros cazadores nocturnos, los ojos del gato son enormes comparados con el tamaño de su cráneo. Esto no suele ser así en los animales diurnos como nosotros, el cristalino y la córnea son grandes en comparación con la parte trasera del ojo del gato. Y el cristalino está apartado de la parte delantera del ojo, lo cual se puede ver si se mira al gato de perfil, esta estructura del ojo del gato le confiere de una mayor apertura y capacidad para captar la luz. Cuando la luz es baja, la pupila del gato se agranda para permitir que entre más luz, y viceversa.
El ojo del gato ha tenido que sacrificar la discriminación de color para favorecer la recepción de la luz; pero no significa que haya perdido por completo la distinción de colores.

Los ojos de los gatos tienen receptores de bastones (los que permiten ver con poca luz) y conos (que discriminan el color). Por lo que también son capaces de distinguir algunos colores, los suficientes para su supervivencia.Gracias a la membrana nictitante, el gato no necesita abrir y cierra los ojos para mantenerlos lubricados. El hecho de no tener que pestañear para ello le ayuda en la caza.El gato pestañea como una parte más de la comunicación corporal. A veces, cuando le hablas suavemente, el gato pestañea poco a poco como si estuviera asintiendo a tus cariños. Incluso a veces parece que responda a tus pestañeos, como imitándote.


Una gran cantidad de gatos han sido recogidos o comprados por personas que no tienen hijos. El gato de por si cree ser el amo de la vivienda pero, cuando las personas no tienen hijos, se centran mucho más en los gatos que cuando tienen uno. Es decir, a la hora de la llegada de un nuevo individuo (un hijo), el gato se puede sentir celoso. Aunque los gatos no son tan pesados como los perros en cuanto a cariños, los bebés pueden interrumpir el pensamiento de los gatos de ser los reyes de la casa. El gato en esta situación suele tener una mirada súper atenta al amo ya que quiere demostrarle que quiere más aprecio. Este es un caso habitual, pero todavía hay más.

Muchos gatos viven en compañía de otros animales, como los perros. Aunque se comporten bien con ellos, porque estén acostumbrados, a los perros se les da más cariños que a los gatos ya que son más sociables pero, si el amo acaricia delante de la vista del gato a otro animal, el gato lanza una mirada desafiante pero quitándola rápidamente y además sale corriendo. Este es uno de los casos por los que un gato se vuelve arisco con el animal acariciado por su amo, cosa que es capaz de llevar a enfrentamientos.


Los gatos notan perfectamente cuando una persona ha estado con otro animal que no sea él, con lo cual el gato mira con asco la mano del amo. Suele retirarse, y su mirada también, hasta que es capaz de rozar a su amo cuando se le ha quitado el olor.

Se dice que los gatos tienen un sexto sentido con el cual perciben si las personas le tienen respeto o miedo. Si una persona tiene miedo pero quiere acariciar al gato, el gato no lo deja mordiéndole. Pero además lanza una mirada atenta y distante. Lo que ocurre con las personas que le tienen respeto es justamente al revés, el gato nota que le tiene respeto y se deja acariciar con una mirada plácida pero atenta.



A la hora del placer, es decir, ronroneando o siendo acariciado, suele poner los ojos un poco cerrados pero siempre atentos.

Por último, a la hora del estímulo, es decir, jugando o peleando, suele estar con los ojos muy abiertos y con las pupilas dilatadas y atentos hacia la presa.




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