Los egipcios
llamaban al gato “mau”, que significa “ver”. De hecho, en el antiguo egipcio se decía que la
mirada del gato buscaba la verdad y que veía más allá de la muerte, no es de extrañar que la mirada del
gato causara furor en Egipto. Los ojos son una parte muy importante del gato, tanto
por su carácter cazador como elemento de comunicación corporal del felino.
Como ocurre con otros
cazadores nocturnos, los ojos del gato son enormes comparados con el tamaño de
su cráneo. Esto no suele ser así en los animales diurnos como nosotros, el cristalino y la
córnea son grandes en comparación con la parte trasera del ojo del gato. Y el
cristalino está apartado de la parte delantera del ojo, lo cual se puede ver si
se mira al gato de perfil, esta estructura del
ojo del gato le confiere de una mayor apertura y capacidad para captar la luz.
Cuando la luz es baja, la pupila del gato se agranda para permitir que entre
más luz, y viceversa.
El ojo del gato ha
tenido que sacrificar la discriminación de color para favorecer la recepción de
la luz; pero no significa que haya perdido por completo la distinción de
colores.
Los ojos de los gatos tienen
receptores de bastones (los que permiten ver con poca luz) y conos (que
discriminan el color). Por lo que también son capaces de distinguir algunos
colores, los suficientes para su supervivencia.Gracias a la membrana
nictitante, el gato no necesita abrir y cierra los ojos para mantenerlos
lubricados. El hecho de no tener que pestañear para ello le ayuda en la caza.El gato pestañea como una parte más de la comunicación
corporal. A veces, cuando le hablas suavemente, el gato pestañea poco a poco como
si estuviera asintiendo a tus cariños. Incluso a veces parece que responda a
tus pestañeos, como imitándote.
Una gran cantidad de gatos han sido recogidos o comprados
por personas que no tienen hijos. El gato de por si cree ser el amo de la
vivienda pero, cuando las personas no tienen hijos, se centran mucho más en los
gatos que cuando tienen uno. Es decir, a la hora de la llegada de un nuevo
individuo (un hijo), el gato se puede sentir celoso. Aunque los gatos no son
tan pesados como los perros en cuanto a cariños, los bebés pueden
interrumpir el pensamiento de los gatos de ser los reyes de la casa. El gato en
esta situación suele tener una mirada súper atenta al amo ya que quiere
demostrarle que quiere más aprecio. Este es un caso habitual, pero todavía hay
más.
Muchos gatos viven en compañía de otros animales, como los
perros. Aunque se comporten bien con ellos, porque estén acostumbrados, a los
perros se les da más cariños que a los gatos ya que son más sociables pero, si
el amo acaricia delante de la vista del gato a otro animal, el gato lanza una
mirada desafiante pero quitándola rápidamente y además sale corriendo. Este es
uno de los casos por los que un gato se vuelve arisco con el animal
acariciado por su amo, cosa que es capaz de llevar a enfrentamientos.
Los gatos notan perfectamente cuando una persona ha estado
con otro animal que no sea él, con lo cual el gato mira con asco la mano del
amo. Suele retirarse, y su mirada también, hasta que es capaz de rozar a su amo
cuando se le ha quitado el olor.
Se dice que los gatos tienen un sexto sentido con el cual
perciben si las personas le tienen respeto o miedo. Si una persona tiene miedo
pero quiere acariciar al gato, el gato no lo deja mordiéndole. Pero además lanza
una mirada atenta y distante. Lo que ocurre con las personas que le tienen
respeto es justamente al revés, el gato nota que le tiene respeto y se deja
acariciar con una mirada plácida pero atenta.
A la hora del placer, es decir, ronroneando o siendo acariciado,
suele poner los ojos un poco cerrados pero siempre atentos.
Por último, a la hora del estímulo, es decir, jugando o
peleando, suele estar con los ojos muy abiertos y con las pupilas dilatadas y
atentos hacia la presa.
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